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Imaginando el futuro digital de la construcción

Artículo de la firma McKinsey traducido al castellano por DronVisuals. Explica los cambios que el sector de la construcción va a experimentar a través de la incorporación de las nuevas tecnologías.

(Artículo del Grupo McKinsey traducido al español por DronVisuals). (Imágenes sin traducir)

El sector de la construcción está maduro para la disrupción. Los grandes proyectos de todas las clases de activos suelen tardar un 20% más de lo previsto en terminarse y se salen hasta un 80% del presupuesto (Recuadro 1). La productividad de la construcción ha disminuido en algunos mercados desde la década de 1990 (Recuadro 2).

Aunque el sector de la construcción ha tardado en adoptar innovaciones tecnológicas y de procesos, también existe un reto constante cuando se trata de arreglar lo básico. La planificación de proyectos, por ejemplo, sigue sin coordinarse entre la oficina y el campo y a menudo se hace sobre papel. Los contratos no incluyen incentivos para compartir riesgos e innovar; la gestión del rendimiento es inadecuada y las prácticas de la cadena de suministro siguen siendo poco sofisticadas. El sector aún no ha adoptado las nuevas tecnologías digitales que requieren una inversión inicial, aunque los beneficios a largo plazo sean significativos (Recuadro 3). El gasto en I+D en la construcción es muy inferior al de otras industrias: menos del 1% de los ingresos, frente al 3,5% o 4,5% de los sectores automovilístico y aeroespacial. Lo mismo ocurre con el gasto en tecnología de la información, que representa menos del 1% de los ingresos de la construcción, a pesar de que se han desarrollado una serie de nuevas soluciones de software para la industria.

Los retos técnicos específicos del sector de la construcción influyen en la lentitud de la digitalización. Implantar soluciones en obras de varios sectores dispersos geográficamente (por ejemplo, un oleoducto o un aeropuerto) no es tarea fácil. Y dados los diferentes niveles de sofisticación de las empresas de construcción más pequeñas que a menudo funcionan como subcontratistas, la creación de nuevas capacidades a escala es otro reto.

Sin embargo, nada de esto va a ser más fácil. Los proyectos son cada vez más complejos y de mayor envergadura. La creciente demanda de una construcción respetuosa con el medio ambiente obliga a cambiar las prácticas tradicionales. Y la escasez de mano de obra cualificada y personal de supervisión no hará sino empeorar. Son cuestiones profundas que requieren nuevas formas de pensar y trabajar. Tradicionalmente, el sector ha tendido a centrarse en introducir mejoras graduales, en parte porque muchos creen que cada proyecto es único, que no es posible ampliar las nuevas ideas y que adoptar nuevas tecnologías es poco práctico.

El McKinsey Global Institute calcula que el mundo necesitará gastar 57 billones de dólares en infraestructuras de aquí a 2030 para mantener el ritmo de crecimiento del PIB mundial. Esto supone un enorme incentivo para que los actores del sector de la construcción identifiquen soluciones para transformar la productividad y la entrega de proyectos mediante nuevas tecnologías y prácticas mejoradas.

En este informe, analizamos cinco formas en las que el sector puede transformarse en los próximos cinco años.

Disrupción en la construcción. Cinco grandes ideas.

Ninguna de estas cinco ideas es futurista ni siquiera inverosímil. Todas se basan en innovaciones aplicables al sector de la construcción y que se están implantando o prototipando. En resumen, son prácticas y pertinentes. Además, están diseñadas para trabajar juntas y lograr un mayor impacto (Recuadro 4).

Topografía de alta definición y geolocalización.

Las sorpresas geológicas son una de las principales razones por las que los proyectos se retrasan y se salen del presupuesto. Las discrepancias entre las condiciones del terreno y las primeras estimaciones topográficas pueden obligar a introducir costosos cambios de última hora en el alcance y el diseño del proyecto. Las nuevas técnicas que integran fotografía de alta definición, escaneado láser 3D y sistemas de información geográfica, facilitadas por las recientes mejoras en la tecnología de drones y vehículos aéreos no tripulados (UAV), pueden mejorar drásticamente la precisión y la velocidad.

La fotogrametría, por ejemplo, proporciona imágenes de alta calidad y definición de las zonas topográficas, pero su conversión a un formato utilizable lleva tiempo. La tecnología de detección y medición de luz (lidar) es mucho más rápida que las tecnologías convencionales y proporciona imágenes tridimensionales de alta calidad que pueden integrarse con herramientas de planificación de proyectos, como el modelado de información para la construcción (BIM), como muestra la ilustración 5.

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Utilizado junto con un radar de penetración en el suelo, magnetómetros y otros equipos, el lidar puede generar imágenes tridimensionales aéreas y subterráneas de los emplazamientos de los proyectos. Esto es especialmente importante en proyectos densos, sensibles desde el punto de vista medioambiental o históricos, en los que hay que minimizar las perturbaciones.

Estas técnicas avanzadas se complementan con sistemas de información geográfica que permiten superponer mapas, imágenes, mediciones de distancia y posiciones GPS. Esta información puede cargarse en otros sistemas de análisis y visualización para su uso en la planificación y construcción de proyectos.

A menudo se utilizan conjuntamente dos o más técnicas topográficas para ahorrar tiempo y dinero. Por ejemplo, en un estudio de emplazamientos fluviales para minicentrales hidroeléctricas en el Sudeste Asiático, los topógrafos utilizaron mapas lídar para obtener información general del terreno y cámaras de alta definición montadas en drones para centrarse en zonas concretas.

Infografía: cómo la industria de la construcción está preparada para la disrupción

Las cámaras de alta resolución son lo bastante pequeñas y ligeras como para montarse en drones industriales estándar, lo que resulta más rápido y barato que utilizar cámaras montadas en helicópteros para los levantamientos aéreos. Los proveedores de tecnología especializada ofrecen paquetes de estudio rentables que incluyen equipos para drones y vehículos aéreos no tripulados, servicios de carga y procesamiento de datos, así como programas informáticos para gestionar los vuelos de los drones, la captura de datos y cuadros de mando para visualizar la información. Algunas agencias gubernamentales y organizaciones no gubernamentales han empezado a ofrecer mapas Lidar gratuitos.

Modelado de información de edificios 5-D de nueva generación.

En la década de 1970, las principales empresas aeroespaciales fueron pioneras en el modelado tridimensional asistido por ordenador. Esto transformó la forma de diseñar y construir aviones y contribuyó a mejorar la productividad del sector hasta diez veces.

Sin embargo, el sector de la construcción aún no ha adoptado una plataforma integrada que abarque la planificación, el diseño, la construcción, las operaciones y el mantenimiento de los proyectos. En su lugar, el sector sigue dependiendo de herramientas informáticas a medida. Además, los propietarios de los proyectos y los contratistas suelen utilizar plataformas diferentes que no se sincronizan entre sí. Como resultado, no existe una fuente única que ofrezca una visión integrada y en tiempo real del diseño, el coste y el calendario del proyecto.

El BIM 5D de nueva generación es una representación en cinco dimensiones de las características físicas y funcionales de cualquier proyecto. Tiene en cuenta el coste y el calendario del proyecto, además de los parámetros estándar de diseño espacial en 3D. También incluye detalles como la geometría, las especificaciones, la estética y las propiedades térmicas y acústicas. Una plataforma BIM 5-D permite a propietarios y contratistas identificar, analizar y registrar el impacto de los cambios en los costes y el calendario del proyecto (Recuadro 6). La naturaleza visual e intuitiva del BIM 5-D ofrece a los contratistas una mayor posibilidad de identificar antes los riesgos y, por tanto, de tomar mejores decisiones. Por ejemplo, los planificadores de proyectos pueden visualizar y estimar el impacto de un cambio propuesto en el diseño sobre los costes y el calendario del proyecto.

Según un estudio, el 75% de las empresas que adoptaron BIM obtuvieron un rendimiento positivo de su inversión. También informaron de ciclos de vida de proyectos más cortos y ahorros en papeleo y costes de material. Dadas estas ventajas, varios gobiernos, como los de Gran Bretaña, Finlandia y Singapur, exigen el uso de BIM en los proyectos de infraestructuras públicas.

El uso de la tecnología BIM en 5 dimensiones se verá reforzado por la tecnología de realidad aumentada a través de dispositivos portátiles. Por ejemplo, un dispositivo portátil autónomo con una pantalla holográfica transparente y sensores avanzados puede cartografiar el entorno físico. Las empresas están desarrollando soluciones de diseño y construcción de tipo BIM para estas plataformas. En este entorno de «realidad mixta», los usuarios pueden fijar hologramas a objetos físicos e interactuar con los datos mediante gestos, miradas y comandos de voz.

La combinación de BIM 5D y dispositivos de realidad aumentada transformará la construcción, el mantenimiento y las operaciones. Para sacar el máximo partido de la tecnología BIM, los propietarios y contratistas de proyectos deben incorporar su uso desde la fase de diseño, y todas las partes interesadas deben adoptar formatos estandarizados de diseño e información de datos compatibles con BIM. Además, los propietarios y contratistas deben dedicar recursos a la implantación de BIM e invertir en el desarrollo de capacidades.

Colaboración digital y movilidad.

La digitalización de los procesos implica abandonar el papel y pasar a compartir información en línea y en tiempo real para garantizar la transparencia y la colaboración, la evaluación oportuna de los avances y los riesgos, el control de calidad y, en última instancia, unos resultados mejores y más fiables.

Una de las razones de la escasa productividad del sector es que sigue dependiendo principalmente del papel para gestionar sus procesos y productos, como planos, dibujos de diseño, pedidos de la cadena de suministro, registros de equipos, informes de progreso diarios y listas de comprobación. Debido a la falta de digitalización, el intercambio de información se retrasa y puede no ser universal. Por ello, propietarios y contratistas suelen trabajar a partir de versiones distintas de la realidad.

El uso de papel dificulta la captura y el análisis de datos, lo cual es importante porque en la contratación pública, el análisis histórico del rendimiento puede conducir a mejores resultados y a una mejor gestión del riesgo. La mala gestión del papel también suele provocar desacuerdos entre propietarios y contratistas sobre cuestiones como el progreso de la construcción, las órdenes de cambio y la gestión de reclamaciones. Por último, los registros en papel simplemente llevan más tiempo.

Propietarios y contratistas están empezando a implantar soluciones de colaboración digital y movilidad sobre el terreno (Recuadro 7). Una gran empresa constructora mundial anunció recientemente un acuerdo de desarrollo conjunto con un proveedor de software para desarrollar una plataforma de supervisión de campo basada en la nube y con capacidad móvil que integre la planificación de proyectos, la ingeniería, el control físico, la presupuestación y la gestión de documentos para grandes proyectos. Varios promotores de grandes proyectos ya han digitalizado con éxito sus flujos de trabajo de gestión de proyectos.

Ejemplo 7

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Digitalizar los flujos de trabajo tiene ventajas sustanciales. En un proyecto de túnel estadounidense en el que participaban casi 600 proveedores, el contratista desarrolló una solución de plataforma única para licitaciones, concursos y gestión de contratos. Esto ahorró al equipo más de 20 horas de trabajo a la semana, redujo el tiempo de generación de informes en un 75% y agilizó la transmisión de documentos en un 90%. En otro caso, un proyecto ferroviario de 5.000 millones de dólares ahorró más de 110 millones y aumentó la productividad mediante el uso de flujos de trabajo automatizados para revisiones y aprobaciones.

Las soluciones de movilidad del personal tendrán un efecto catalizador similar sobre la productividad (ilustración 8). Durante mucho tiempo ha sido difícil para los equipos de planificación centralizada y los equipos de construcción in situ conectarse y compartir información sobre el progreso en tiempo real. Varios problemas han limitado la adopción de estas herramientas por parte de los equipos sobre el terreno: problemas de compatibilidad entre las soluciones de movilidad y las de planificación centralizada, falta de conectividad de banda ancha fiable y de alta velocidad, y diseños e interfaces de usuario poco intuitivos.

Ejemplo 8

La disponibilidad de conectividad móvil de bajo coste, incluso a través de tabletas y dispositivos de mano, ha dado paso a una nueva generación de aplicaciones de movilidad del personal basadas en la nube y «primero móviles» que pueden desplegarse, incluso en obras remotas, con actualizaciones en tiempo real. Estas aplicaciones son comercialmente viables para contratistas y propietarios de proyectos de todos los tamaños.

De hecho, el segmento de las soluciones de colaboración digital y movilidad ha atraído cerca del 60% de toda la financiación de riesgo del sector tecnológico de la construcción. Una empresa de nueva creación ha desarrollado aplicaciones para tabletas y teléfonos inteligentes que permiten transmitir en tiempo real a los equipos de obra los cambios en los planos de construcción. Esta solución mantiene un conjunto maestro de documentos con control automático de versiones y acceso basado en la nube. Otras empresas ofrecen cronometraje móvil, codificación de costes en tiempo real, geolocalización de trabajadores y registro y seguimiento de incidencias.

A medida que los usuarios de primera línea, como los jefes de proyecto, los comerciantes y los operarios, adopten aplicaciones de movilidad de cuadrillas en tiempo real, podrían cambiar la forma en que el sector realiza todo tipo de tareas, desde la gestión de órdenes de trabajo y cambios hasta el seguimiento de tiempos y materiales, pasando por el envío, la programación, la medición de la productividad y la notificación de incidencias.

Internet de las cosas y análisis avanzados.

Si tenemos en cuenta el número de personas, la profusión de equipos de construcción y la cantidad de trabajo que se realiza al mismo tiempo, las obras son cada vez más densas. Ahora generan cantidades ingentes de datos, la mayoría de los cuales ni siquiera se captan, y mucho menos se miden y procesan.

La Internet de los objetos es una realidad en muchos otros sectores; los sensores y las tecnologías inalámbricas permiten que los equipos y activos se vuelvan «inteligentes» al conectarlos entre sí. En una obra de construcción, el Internet de los objetos permitiría que la maquinaria, los equipos, los materiales, las estructuras e incluso los encofrados «hablaran» con una plataforma central de datos para captar parámetros críticos de rendimiento. Sensores, dispositivos de comunicación de campo cercano (NFC) y otras tecnologías pueden ayudar a controlar la productividad y la fiabilidad tanto del personal como de los activos. Existen varios usos potenciales:

  • Supervisión y reparación de equipos. Los sensores avanzados pueden permitir que la maquinaria detecte y comunique las necesidades de mantenimiento, envíe alertas automáticas para el mantenimiento preventivo y recopile datos de uso y mantenimiento.

  • Gestión de inventarios y pedidos. Los sistemas conectados pueden hacer previsiones y alertar a los responsables de las instalaciones cuando se agoten las existencias y sea necesario hacer pedidos. El etiquetado NFC y el seguimiento de materiales también pueden determinar su ubicación y movimiento y ayudar a conciliar el inventario físico y electrónico.

  • Evaluación de la calidad. Las «estructuras inteligentes» que utilizan sensores de vibración para comprobar la resistencia y fiabilidad de una estructura durante la fase de construcción pueden detectar deficiencias y corregirlas a tiempo.

  • Eficiencia energética. Los sensores que controlan las condiciones ambientales y el consumo de combustible de los activos y equipos pueden fomentar la eficiencia energética in situ.

  • Seguridad. Las pulseras portátiles pueden alertar a conductores y operarios si se quedan dormidos o si un vehículo o equipo está parado o fuera de servicio durante un periodo de tiempo determinado en horas de trabajo.

Una forma popular de tecnología NFC es la identificación por radiofrecuencia (RFID). Se utiliza mucho en entornos logísticos, minoristas y de fabricación para recopilar información precisa sobre un producto, un lugar, una hora y una transacción. Desde los años 90, la construcción ha empezado a utilizar la RFID para aplicaciones como el seguimiento de materiales y equipos y el desarrollo de hojas de horarios automatizadas.

Y la tecnología NFC está evolucionando. Pronto, las etiquetas podrán incluir información sobre especificaciones, fechas, defectos, vendedores y fabricantes de equipos originales, registros de mantenimiento, parámetros de funcionamiento y otras aplicaciones. Los costes de los equipos RFID, incluidos escáneres, receptores y etiquetas, están bajando, y están surgiendo nuevas aplicaciones. Una empresa de construcción británica, por ejemplo, utiliza la RFID para supervisar la inspección de camiones, realizar un seguimiento del uso de herramientas y formar a los trabajadores en las obras.

Además de las oportunidades que ofrece el Internet de las cosas, el mayor uso de la digitalización en el proceso de planificación de la construcción y en la propia obra está permitiendo a las empresas capturar datos que el papel no podría. La información obtenida mediante la adopción de análisis avanzados en los proyectos de construcción puede ayudar a mejorar la eficiencia, los plazos y la gestión de riesgos.

La analítica avanzada ayudó a ahorrar tiempo y dinero a un importante proyecto de infraestructuras londinense cuando sus responsables colaboraron con una empresa de análisis de datos para crear un sistema de instrumentación y supervisión adaptable basado en web. El sistema absorbía datos de sensores de campo, datos sobre el avance de las obras y movimientos de mano de obra y vehículos. El análisis estadístico basado en esta información ayudó a los equipos del proyecto a detectar anomalías e identificar riesgos potenciales, información crítica para una ciudad densa e históricamente sensible como Londres.

Abundan otros ejemplos. Por ejemplo, la información obtenida mediante análisis avanzados ayudó a un gigante del petróleo y el gas a mejorar la productividad de su función de ingeniería entre un 20 y un 25 por ciento, emparejando a los equipos adecuados, designando a los jefes de equipo apropiados y modificando sus flujos de trabajo para minimizar los residuos y mejorar la eficiencia. En otro caso, una gran empresa de construcción de Oriente Medio trabajó con una empresa de software para crear un motor de análisis predictivo que evitara las averías de los equipos in situ de su flota de vehículos de construcción. Esto ahorró millones de dólares en tiempos de inactividad, costes de combustible y gastos de mantenimiento. Y las simulaciones de eventos, unidas a algoritmos de optimización, también han ayudado a los constructores navales a optimizar la planificación de la construcción.

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Diseño y construcción preparados para el futuro

Los nuevos materiales de construcción, como el hormigón autorreparable, los aerogeles y los nanomateriales, así como los métodos de construcción innovadores, como la impresión 3D y los módulos premontados, pueden reducir los costes y acelerar la construcción, mejorando al mismo tiempo la calidad y la seguridad.

Los materiales de construcción representan una industria mundial de 1 billón de dólares; los materiales suelen suponer más de la mitad del coste total de los proyectos. La mayor parte de esta demanda corresponde a materiales tradicionales como el hormigón, el cemento y el asfalto. Pero también se necesitan nuevos y mejores materiales de construcción debido a varias tendencias:

  • Construcción ecológica. Hay un enorme impulso para adoptar materiales y tecnologías con menor huella de carbono.

  • Eficiencia de costes. Dadas las fuertes presiones sobre los costes, es necesario un cambio estructural en la elección de materiales, además de un mayor esfuerzo de racionalización.

  • Agilidad de la cadena de suministro. El transporte de materiales y equipos pesados repercute enormemente en los costes y el tiempo de la cadena de suministro, sobre todo porque muchos proyectos nuevos están situados en zonas remotas o densamente pobladas.

  • Mayor durabilidad y resistencia. Con el aumento de los costes de capital y la creciente escasez de suelo en muchos mercados, los propietarios insisten en que los proyectos tengan una vida comercial más larga.

  • Construcción fuera de las instalaciones. El ensamblaje de materiales más ligeros y fáciles de manipular fuera de las obras puede mejorar la eficiencia de los proyectos, resolver las limitaciones de espacio in situ y crear las condiciones necesarias para que las cuadrillas mejoren sus habilidades.

 

En las últimas décadas se ha producido una oleada de innovaciones en los materiales de construcción, desarrolladas con usos específicos en mente. Hay docenas; he aquí algunos especialmente interesantes:

  • Hormigón autorreparable. Utiliza bacterias como agente cicatrizante para cerrar grietas en el hormigón; actualmente está en fase de prueba de concepto.

  • Tela de hormigón. Se pone una capa de «tela de hormigón», se añade agua y se deja fraguar. Esta innovación suele utilizarse para desagües, canales y pasos, y ya está disponible comercialmente.

  • Topmix permeable. Se trata de una alternativa al cemento que puede absorber 4.000 litros de agua por minuto. Se encuentra en la fase inicial de adopción.

  • Aerogel. Este material supertransparente y superaislante está compuesto en un 99,98% de aire y ya se comercializa.

  • Nanomateriales. Estos materiales superresistentes y ultraligeros pueden llegar a sustituir al refuerzo de acero en estructuras y cimientos, aunque aún están en fase de investigación.

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Algunos de estos «materiales del futuro» podrían redefinir la concepción, el diseño y la ejecución de los proyectos. Sin embargo, su adopción ha sido lenta debido a la falta de concienciación y familiaridad entre la comunidad de diseño e ingeniería, a una cadena de suministro limitada y a la falta de disponibilidad a escala, así como a la aversión al riesgo entre los propietarios y contratistas de los proyectos.

A pesar de estar disponible desde hace más de 30 años, por ejemplo, el etileno tetrafluoroetileno (ETFE) no se generalizó hasta que se utilizó para construir parte del edificio acuático de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. El ETFE pesaba menos del 1 por ciento de un panel de vidrio equivalente y su instalación cuesta entre un 24 y un 70 por ciento menos.

Alrededor del 80% de las obras de construcción siguen realizándose in situ, pero muchos promotores y contratistas de proyectos están aplicando nuevos enfoques externos que les ayudan a mejorar la previsibilidad, la coherencia y la repetibilidad. Esto es especialmente importante si se tienen en cuenta la reducción del espacio de trabajo, la escasez de mano de obra y las normas de seguridad y medioambientales más estrictas. El sector tiene que ir más allá de la prefabricación y el prefabricado de estructuras y pasar a la siguiente generación de técnicas. Hay varias técnicas con potencial:

  • Premontaje. Las estructuras relativamente sencillas, como fábricas y patios cubiertos, pueden ensamblarse en la fábrica o en el patio para obtener una envolvente completa. Esta técnica también puede adaptarse a edificios modulares, como hoteles y condominios económicos. Los submódulos completos de un edificio más grande se ensamblan en una fábrica o en un patio cercano antes del montaje final en la obra.

  • Técnicas como la construcción volumétrica prefabricada y preacabada (CPVP) integran capacidades externas para transformar la obra en un sistema de fabricación. El resultado: mayor eficiencia, menos residuos y mayor seguridad. Además, están surgiendo materiales como la madera contralaminada (CLT) en respuesta a la necesidad de opciones de construcción más ecológicas. En el Reino Unido, un rascacielos de madera de 80 pisos ha recibido recientemente la aprobación preliminar.

  • Las empresas están respondiendo. Un promotor inmobiliario de Singapur está utilizando PPVC para varios nuevos proyectos de construcción de viviendas, después de que el gobierno llevara a cabo con éxito proyectos piloto (Recuadro 9). Y dado el éxito de un proyecto residencial basado en CLT, un promotor inmobiliario australiano anunció recientemente sus planes de abrir una fábrica en Sydney dedicada a la fabricación de componentes de construcción prefabricados para futuros desarrollos.

  • Impresión 3D. La impresión de submódulos o estructuras de hormigón completas antes del montaje y el trabajo interno podría transformar la industria en lo que respecta al diseño, el coste y el tiempo. Sin embargo, la impresión 3D aún se encuentra en las primeras fases de su desarrollo y todavía no puede implantarse a la escala y velocidad necesarias para grandes proyectos.

  • Construcción robotizada. Los proyectos de construcción son intrínsecamente desestructurados y a menudo impredecibles; también pueden situarse en terrenos y entornos difíciles. Por estas razones, el uso de robots ha sido limitado hasta ahora. Sin embargo, ahora se están utilizando robots de forma selectiva para actividades repetitivas y predecibles, como alicatado, albañilería, soldadura y fabricación de carretes, demolición y reciclado de hormigón.

Las empresas que han implantado con éxito estos métodos han tenido que cambiar radicalmente sus procesos internos de planificación, diseño, adquisición y construcción. También tendrán que invertir en automatización y en una cadena de suministro eficaz que garantice un transporte fluido y puntual de los materiales de la fábrica a la obra y viceversa. Por último, las empresas que decidan integrar verticalmente sus cadenas de suministro tendrán que planificar las inversiones relacionadas con la fabricación.

Recomendaciones para la acción.

Dado el escaso historial del sector de la construcción en materia de innovación y adopción de nuevas tecnologías, herramientas y enfoques, los propietarios de los proyectos y los contratistas deben adoptar una nueva mentalidad. Los propietarios suelen creer que su responsabilidad termina cuando adjudican los contratos, olvidando que pagan los costes económicos de los retrasos. Por su parte, los contratistas suelen hacer sólo lo mínimo necesario para cumplir las condiciones contractuales, dejando sobre la mesa un valor sustancial. Para que el sector mejore, debe adoptar cuatro principios:

  • Transparencia y reparto de riesgos en los contratos. Los hábitos son difíciles de cambiar, y uno de ellos es ver los contratos como oportunidades de confrontación para ceder riesgos. Por el contrario, los contratos deben verse como herramientas que permiten un reparto justo de riesgos y recompensas y que ayudan a ambas partes a tener éxito. Esto sucederá si los contratos definen claramente las responsabilidades y permiten a propietarios y contratistas compartir equitativamente los beneficios derivados de la adopción de innovaciones tecnológicas y de procesos.

  • Durante la construcción de la Terminal 5, por ejemplo, el aeropuerto de Heathrow asumió todos los riesgos como promotor del proyecto, protegido por una póliza de seguros a todo riesgo. En lugar de una relación tradicional cliente-contratista, Heathrow trató a los distintos socios como miembros de un equipo. Les invitó a trabajar juntos para resolver problemas complejos y encontrar las soluciones técnicas que mejor funcionarán para todo el proyecto. Esto permitió a todas las partes centrarse en mantener el proyecto en marcha.

  • Orientación al rendimiento de la inversión. Medir y comunicar cómo la nueva tecnología mejorará la construcción -por ejemplo, a través de los efectos positivos sobre el coste, el calendario y la optimización del riesgo- es la forma más segura de construir un caso convincente para su adopción. Una de las principales empresas de petróleo y gas mide, documenta y comunica los ahorros relacionados con la productividad como resultado de la implantación de una solución de visualización y análisis avanzado para sus plataformas de aguas profundas. Esto demuestra el impacto financiero positivo y genera «tirón» de otros proyectos.

  • Simplicidad e intuitividad en el diseño de nuevas soluciones. En el lado frontal, las interfaces de usuario deben ser «amigables para el capataz» para fomentar su uso. En el back-end, la compatibilidad con las soluciones empresariales existentes reduce la necesidad de gastar más en actualizar las plataformas existentes.

  • Gestión del cambio. Para dejar de hacer las cosas como siempre, las organizaciones necesitan una historia clara del cambio; la alta dirección tiene que comunicar por qué estos cambios son importantes y lo que eso significa para la estructura organizativa, las capacidades y la dotación de recursos. Las organizaciones que no inviertan en la gestión del cambio se enfrentarán a la misma resistencia encontrada en anteriores oleadas de implantación tecnológica y tendrán más probabilidades de fracasar.

Las principales partes interesadas comparten la responsabilidad de la transición a la tecnología digital y la innovación. Los imperativos de cada uno son diferentes.

Los propietarios y desarrolladores de proyectos deben imponer y medir. Esto empieza por exigir la adopción de tecnologías digitales en los contratos y quizás capitalizar el coste de la digitalización y la tecnología al establecer los presupuestos de los proyectos. Para gestionar los riesgos, los propietarios deben coinvertir con los contratistas en proyectos piloto de tecnología y compartir las recompensas proporcionalmente. Nuestra experiencia indica que los megaproyectos no suelen ser los mejores candidatos para grandes despliegues tecnológicos; en cambio, empezar con poco y desarrollar capacidades con proyectos de tamaño medio puede generar confianza. Además, los propietarios deben medir y recompensar la adopción de tecnología en todos sus proyectos.

Es esencial que los contratistas de ingeniería y construcción reimaginen y recableen. Para ello, deben elaborar hojas de ruta digitales que identifiquen los pasos obvios que no hay que lamentar, así como las apuestas más arriesgadas y de mayor envergadura. Es necesario reasignar recursos organizativos mediante el nombramiento de un director de tecnología o un director de innovación cuyo mandato sea pensar con audacia en la agenda digital y liderar la simplificación y digitalización de los procesos internos.

Las empresas también deberían considerar la posibilidad de adquirir o asociarse con empresas tecnológicas. Por supuesto, es importante garantizar que los equipos de proyecto dispongan de los presupuestos y la autoridad necesarios para poner a prueba las nuevas tecnologías. Y es esencial desarrollar las capacidades de los gestores de proyectos para que sean expertos digitales.

Los organismos del sector y los reguladores deben invertir y crear incentivos. Pueden desempeñar un papel útil, por ejemplo, colaborando con contratistas, propietarios y agentes tecnológicos para definir nuevas normas para las tecnologías emergentes, desarrollar proyectos piloto y mostrar casos de éxito. Pueden crear ayudas, primas o subvenciones para animar a propietarios y contratistas a utilizar soluciones digitales y ayudarles a educar y formar a la próxima generación. También pueden fomentar la adopción de tecnologías digitales, como el BIM en 5-D, en los proyectos públicos, así como establecer normas de productividad, como el uso de componentes prefabricados. En cuanto a la inversión, algunos organismos del sector han creado fondos de capital riesgo para ayudar a las mejores empresas emergentes a crecer y ponerlas en contacto con promotores y contratistas.

Otras industrias han demostrado que los pioneros pueden crear una ventaja competitiva sostenible. En el sector de la construcción también es probable que sea así. Durante la próxima década, estos ganadores del mañana tomarán la delantera en innovación tecnológica y digitalización. Resistirse al cambio ya no es una opción.

Sobre los autores.

Rajat Agarwal es director asociado en la oficina de McKinsey en Singapur, donde Mukund Sridhar es socio; Shankar Chandrasekaran es director asociado en la oficina de Mumbai.

Este trabajo ha sido posible gracias a la generosa colaboración de expertos del sector y de gobiernos de todo el mundo. Los autores también desean dar las gracias a sus colegas de McKinsey -Ivan Jelic, Olivier Legrand, Azam Mohammad, Frank von Willert y Simon Williams, y a la ex alumna de McKinsey Farida Heyder- por sus aportaciones.

Traducción al castellano de DronVisuals.com.